el pulso incesante
del ventrículo mecánico;
Sueño en tí, porque sueñas conmigo
-lo sé entre sueños-
-lo sé entre sueños-
y vomito las toxinas
de mi imperfección sempiterna
sabiendote perdida
para ser ganada
Cuando el último incienso agote su perfume
y el cirio tartamudee su final y trémula sonrisa,
será el preludio
de tí, Llama y Sándalo
Ojo y Olfato
Luz y Viento
Habrás llegado.
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